Notas de producción: coches de 100 libras

En un momento de inspiración del equipo de producción de Top Gear, se preguntaron: ¿cuál es el mínimo dinero necesario para comprar un coche que se pueda usar sin problemas? Creyeron que sería interesante resolver esta cuestión, y que mejor manera que mandar a los tres presentadores del programa con 100 libras en el bolsillo para comprar, por tan poco dinero como fuera posible, tres coches completamente funcionales. Podría haber sido un reportaje de consumo responsable perfecto, hasta que empezaron a cachondearse unos de otros como de costumbre. ¿Qué coches consiguieron comprar? Jeremy Clarkson se hizo con un Volvo 760, James May con un Audio 80, y Richard compraría un Rover 216. Y con eso comienza el reto, que podréis ver un poco más abajo.


El caso es que esta pieza dio lugar a algunas curiosas anécdotas, además de abrir la senda a posteriores "challenges".

Por ejemplo, el Volvo de Jeremy Clarkson realmente le costó una sola libra. Se puso en venta prácticamente gratis en un concesionario cerca de su casa, y se decidió a comprarlo. Para evitar que se le pudiera acusar de favoritismo, por eso de salir en la tele y ser un personaje conocido, fue la mujer de Jezza quien en realidad fue al concesionario e hizo una oferta para comprarlo.

Por otra parte, por alguna extraña razón James May se empeñó en gastarse las 100 libras asignadas para comprar su coche en una vieja furgoneta Commer con el frontal plano. El equipo de producción consiguió convencerle de que no lo hiciera, sabiendo que en el "crash test" con que finaliza este reto no saldría muy bien parado, sobre todo al tener que parar el golpe prácticamente con sus rodillas. Podéis ver esta parte del reto en la tercera parte del vídeo:

Primera parte:





Segunda parte:





Tercera parte:





Como ya he comentado, y se ha podido ver en el vídeo de aquí arriba, este challenge terminaba con una prueba de choque o "crash test" a 30 millas por hora (unos 50 km/h, para que nos entendamos). El problema surgió con el Volvo de Jezza. Tan tocado como estaba, los indicadores del salpicadero dejaron de funcionar, y mientras que James y Richard pudieron chocar a los 50 km/h establecidos, JC tuvo que hacer la aproximación a esa velocidad a ojo, chocando por encima de las 40 millas/h (es decir, a 70 km/h o más). Menos mal que la proverbial seguridad de los Volvo protegió como acostumbra a su pasajero, y la única lesión que se produjo fue un dedo dislocado.

Fuente: Top Gear en BBC.co.uk
Traducción libre de un servidor

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