Dice el refrán que cuando el diablo no tiene que hacer, con el rabo caza moscas. Y los políticos, sean del color que sean, se parecen mucho al diablo, sobre todo en lo de preocuparse en cosas que no vienen a cuento aunque haya temas importantes sin resolver.

En el caso que hoy nos atañe, el político en cuestión es la líder laborista en el parlamento británico, Harriet Harman, que ha propuesto aplicar una ley de igualdad por la que todos los servicios y asociaciones que sean financiados a cargo de los presupuestos del estado deben tener en plantilla una representación igualitaria de mujeres, gays y otras minorías. Por supuesto, la BBC es la cabeza visible de las empresas que deberían cumplir con esta ley, y siendo Top Gear uno de sus programas estrella, de ser aprobada la medida sin duda se vería afectado.


¿Qué podría suponer esto? ¿Romper el trío de presentadores, para incluir a una mujer, por ejemplo? ¿Y que se gana con eso, si esta mujer no tiene las credenciales necesarias para ocupar este puesto? Tal y como comenta el productor del programa, Andy Wilman, tanto los presentadores como el equipo que está detrás de las cámaras siempre ha sido escogido en base a sus méritos, no a los órganos reproductores que la naturaleza les adjudicó de forma aleatoria.

Por otro lado, desde algunos sectores se ha acusado al programa de practicar un machismo institucionalizado, que con esta medida podría paliarse de alguna manera. Lo cual no deja a quien piensa de este modo en muy buen lugar. ¿Acaso una mujer no puede disfrutar de Top Gear, a menos que sea una mujer quien salga en la pantalla?

En definitiva, y tomando de nuevo las palabras de Wilman como referencia, si el programa funciona como funciona es porque va de tres hombres hablando de su pasión por los coches, y la química existente entre estos sería difícil de sustituir, de manera que pide que, simplemente, les dejen seguir haciendo su trabajo como hasta ahora, porque de esta forma les ha ido más que bien.

Fuente: Autoblog y Transmission