Si recordáis el último programa de la temporada, Jeremy Clarkson anunciaba a bombo y platillo que el Bugatti Veyron era, según su parecer y el de sus compañeros, el coche de la década de 2000s. Para homenajear en cierto modo al premiado, os propongo recordar y conocer un poco mejor el reto en la que está obra de arte automovilística se vio involucrada en la séptima temporada de Top Gear.

Después de retar al tren con un Aston Martin, al avión con un Ferrari, y al barco con un Mercedes SLR, ya quedaban pocos pruebas que superar (o eso creía yo entonces). Una de ellas: batir a un avión a llevar una carísima trufa blanca desde Alba, en Italia, hasta el restaurante que hay en la azotea de la torre Natwest en Londres. ¿Pero como podrían James y Richard competir contra Jeremy y el increíble Bugatti Veyron? La solución vino del hecho de que Captain Slow estuviera recibiendo lecciones para pilotar aviones...

Así pues, el reto estaba claro: Clarkson y el coche más exclusivo y rápido del mundo deberían batir a May y Hammond en una avioneta de tres al cuarto pilotada por el primero. Un pequeño recordatorio, subtitulado al castellano, cortesía de McDrifter:

Parte 1


Parte 2


Una de las cosas que siempre me había preguntado, y que en estas notas de producción se responden, es el hecho de que en todos estos retos hay unas increíbles tomas de los coches cuando se supone que están en medio de una carrera. Esto es así porque estas tomas no se graban durante la carrera, si no que una vez esta finaliza, el equipo de grabación realiza de nuevo la ruta de la carrera para conseguir estas tomas tan artísticas. En este caso concreto, también se alquilaría un helicóptero para tener imágenes exteriores del avión pilotado por May, como precaución a que no se pudieran conseguir suficientes, o de suficiente calidad, durante la carrera.

Como decía, el Bugatti después de la carrera debía volver a Italia, con el fin de grabar estas tomas extra. Para ello se echó mano de "the Stig", que tan hablador como de costumbre condujo durante tres días en los que el equipo de grabación descubrió una nueva curiosidad sobre el misterioso piloto de pruebas del programa: le chifla la Nutella.

Más curiosidades: se puede apreciar en el vídeo que tanto James como Richard utilizan gafas de aviador en el transcurso de su viaje en avioneta. En realidad también se le dieron este tipo de gafas a Jezza, pero no quiso utilizarlas durante el tiempo que en el que condujo el Bugatti. En su lugar, se pegaría todo el verano utilizándolas para ir al estudio de grabación. D'oh!


Otra cosa más: si os fijáis bien, para poder utilizar el teléfono en modo manos libres, fue necesario comprar un dispositivo especial con Bluetooth. A pesar de cinco años de desarrollo y costar cerca de un millón de euros, el Bugatti no cuenta con uno de serie...

Para terminar, decir que el Veyron, como todo "supercoche" que se precie, nos brinda una cantidad ingente de estadísticas impresionantes, muchas de las cuales son comentadas por JC durante esta pieza. Una que no llegaría a comentar es que el freno aerodinámico con el que cuenta el Veyron (ese alerón que aparece automáticamente al frenar) es capaz de generar la misma fuerza de frenado que un Volkswagen Polo.

Fuente: Top Gear en BBC.co.uk
Traducción libre de un servidor